
Entre las medidas implementadas para afrontar la crisis humanitaria en Gaza, UNICEF incrementó significativamente el número de centros de tratamiento para la desnutrición aguda, con un aumento de siete a veintiséis instalaciones tras el reciente alto el fuego, especialmente en la Ciudad de Gaza, donde la organización había confirmado un escenario de hambruna en agosto. En ese contexto, la agencia de Naciones Unidas reportó que 9.300 menores de cinco años sufren algún tipo de desnutrición aguda, y el frío intenso del invierno agrava su situación, exponiéndolos a enfermedades y elevando la mortalidad infantil, según informó UNICEF y recogió la agencia en sus publicaciones de octubre.
La organización de Naciones Unidas advirtió, de acuerdo con sus cifras, que aunque el número de casos actuales resulta inferior comparado a los 11.746 reportados en septiembre y a los 14.363 en agosto, la prevalencia de la desnutrición sigue siendo dramáticamente alta. Este indicador casi quintuplica la tasa observada en febrero de 2023, que correspondió al periodo de alto el fuego anterior. Tal como detalló UNICEF, la reducción en los casos detectados responde a la llegada de ayuda humanitaria durante las últimas semanas, lo que facilitó un mayor acceso a alimentos básicos y estabilizó, en cierta medida, los precios en mercados locales. No obstante, la organización subraya que persiste el problema estructural, ya que esta mejora puntual no soluciona las causas de fondo que mantienen a miles de menores en riesgo extremo.

La agencia señaló también que, pese al arribo de recursos, las familias siguen enfrentando grandes limitaciones para adquirir productos esenciales, en particular aquellos de origen animal, los cuales permanecen ausentes o resultan inaccesibles para la mayoría de la población. Una encuesta realizada por la propia UNICEF entre familias durante octubre reveló que aproximadamente dos tercios de los menores de cinco años solo accedieron a dos o menos de los ocho grupos de alimentos recomendados durante la semana evaluada. Sus dietas se compusieron principalmente de cereales, pan y harina, resaltando una carencia grave de variedad y nutrientes.
La llegada del invierno multiplica estos desafíos: miles de familias siguen desplazadas, habitando refugios improvisados sin acceso adecuado a abrigo, mantas o protección contra la lluvia y el frío. UNICEF explicó que las lluvias recientes arrastraron aguas residuales y desechos hacia áreas residenciales, lo cual incrementa el riesgo de brotes de enfermedades. A esto se añade un contexto de hacinamiento severo y dificultades en el acceso a agua potable, condiciones que, según la institución, favorecen la transmisión rápida de infecciones, especialmente entre niños pequeños. La combinación de desnutrición y enfermedad se presenta como un círculo de agravamiento mutuo que incrementa la letalidad en la infancia.

En palabras de Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF: “A pesar de los avances, miles de niños y niñas menores de cinco años siguen sufriendo desnutrición aguda en Gaza, mientras que muchos más carecen de refugio, saneamiento y protección adecuados contra el invierno”. Russell recalcó que “demasiados niños en Gaza continúan padeciendo hambre, enfermedades y exposición al frío, condiciones que ponen en riesgo sus vidas. Cada minuto cuenta para proteger a estos niños”, cita recogida por la agencia de Naciones Unidas.
UNICEF, según detalló en sus últimas comunicaciones, intensificó el envío de ayuda material: en las semanas recientes, la organización distribuyó más de 5.000 tiendas de campaña familiares, 247.000 lonas impermeables, 692.000 mantas, 50.500 colchones y 206.000 conjuntos de ropa de invierno. Este despliegue logístico busca cubrir necesidades básicas de la población infantil y prevenir riesgos adicionales ligados a la climatología adversa y a la precariedad de los asentamientos informales.
Aparte de la asistencia material, la organización implementó programas de transferencias económicas con el objetivo de alcanzar a familias en situación de extrema vulnerabilidad, entre ellas las ubicadas en zonas particularmente castigadas por la destrucción, como Jabalia en el norte. De acuerdo con UNICEF, la ayuda económica y material ha permitido llegar a comunidades previamente excluidas del reparto humanitario, aumentando la cobertura en áreas con alta incidencia de menores desnutridos y falta de servicios esenciales.
A pesar de la ampliación de la respuesta, UNICEF advirtió sobre la insuficiencia del ritmo de reposición de suministros para el invierno, subrayando que la cantidad de insumos no corresponde a la dimensión real de las necesidades. Muchos envíos de asistencia permanecen pendientes de autorización para ingresar al enclave palestino, situación que obstaculiza la llegada oportuna de ayuda a la población afectada.
Como parte de su llamamiento internacional, UNICEF exige que la ayuda humanitaria cruce hacia la Franja de Gaza sin demoras ni trabas, en cumplimiento de las disposiciones del Derecho Internacional Humanitario. El organismo pidió la apertura simultánea de todos los pasos de acceso y la simplificación de trámites burocráticos, con la finalidad de agilizar el ingreso de insumos esenciales y ampliar el portafolio de bienes disponibles para los habitantes de Gaza.
UNICEF precisó, en sus recientes solicitudes, la necesidad de aprovechar todas las rutas posibles —ya sea a través de Egipto, Israel, Jordania o Cisjordania—, para facilitar la entrada de productos humanitarios restringidos o usualmente denegados por las autoridades. Según advirtió la agencia, asegurar ese acceso logístico y administrativo constituye un requisito urgente para atender las necesidades críticas de cientos de miles de niños y familias ante el empeoramiento de las condiciones durante el invierno y el estado de emergencia sostenida en Gaza.



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