La Iglesia de Corrientes vivió un momento de profunda gracia y alegría con la ordenación diaconal de los acólitos Claudio Daniel Gómez y Walter Edgardo Payes Monzón, quienes fueron consagrados como diáconos permanentes al servicio del pueblo de Dios.


La celebración tuvo lugar el viernes 12 de diciembre en la parroquia San Roque González de Santa Cruz, en coincidencia con la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, otorgando a la jornada un significado especial para toda la comunidad eclesial.

Claudio Daniel Gómez pertenece a la comunidad de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, mientras que Walter Edgardo Payes Monzón forma parte de la parroquia San Roque González de Santa Cruz. Ambos asumieron públicamente su compromiso de vivir una vida de servicio, cercanía y entrega, propias del ministerio diaconal.
La ceremonia fue presidida por monseñor José Adolfo Larregain, acompañado por sacerdotes, diáconos, familiares y numerosos fieles. En su homilía, el arzobispo destacó el profundo simbolismo de la ordenación en el día de la Virgen de Guadalupe, recordando que “toda vocación nace donde Dios se acerca a lo pequeño, a lo frágil y a lo disponible”.

Inspirado en el ejemplo de María, monseñor Larregain exhortó a los nuevos diáconos a vivir su ministerio con alegría misionera, ternura y cercanía con los más humildes. Subrayó además que el servicio diaconal debe caracterizarse por la escucha, el camino compartido y el amor concreto hacia los demás.

Durante el rito, Claudio y Walter expresaron su compromiso con Dios y la Iglesia y se postraron en el suelo como signo de entrega total. Luego, el arzobispo realizó la imposición de manos y la plegaria de ordenación, invocando el don del Espíritu Santo para el nuevo ministerio.
Los signos litúrgicos se completaron con la colocación de la estola y la dalmática, vestiduras propias del diácono, y la entrega del Libro de los Evangelios, símbolo de la misión de proclamar la Palabra y servir con caridad.
Visiblemente emocionados, los nuevos diáconos participaron activamente de la celebración eucarística y, antes de la bendición final, dirigieron palabras de agradecimiento y testimonio, compartiendo la alegría por este nuevo camino que comienzan.
La Iglesia de Corrientes celebra así la ordenación de dos nuevos diáconos permanentes, enviados a servir con amor, fidelidad y compromiso.




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