El santuario de Nuestra Señora de la Consolata se convirtió oficialmente en basílica menor el 10 de junio, en el marco de una gran fiesta religiosa y popular. El templo, ubicado en la localidad cordobesa de Sampacho, es el número 48 con esa condición en la tierra natal del Papa Francisco.
El domingo, la misa de la vigilia fue presidida por el obispo de Formosa, monseñor José Conejero Gallego, concelebrada por sacerdotes Misioneros de la Consolata procedentes de Kenia y Tanzania asentados en el país, junto con el rector del templo, presbítero Osvaldo Leone.
El padre Leone destacó: “Ya podemos decirlo con todas las letras: santuario-basílica Nuestra Señora de la Consolata”.
A las 11 del lunes 10 de junio, la imagen original de la Virgen de la Consolata, de 1.232 kg y adornada con flores, fue llevada sobre los hombros de unas 40 personas, saliendo así al encuentro de los peregrinos.
A la misa central de las 16, asistieron miles de fieles munidos de pañuelos blancos y banderas argentinas, provinciales y papales.
La Eucaristía fue presidida por el arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ, y concelebrada por el obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP; el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín; el obispo de Quilmes, monseñor Carlos Tissera; el obispo de Cruz del Eje, monseñor Ricardo Araya; monseñor Conejero Gallego; el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva; el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba; y el obispo auxiliar de Santa Rosa, monseñor Raúl Martín.
También concelebraron más de 40 sacerdotes y compartieron el altar ocho diáconos, diez seminaristas y dos monaguillos.
Mensaje del Papa Francisco
El Papa Francisco envió una carta a monseñor Uriona a raíz de ese acontecimiento religioso, en la que destaca que la flamante basílica es “lugar de encuentro con Jesús, que se ha querido hacer compañero de camino de todos en medios de sus gozos y sus sufrimientos”.
Asimismo, invita a “seguir intensificando los esfuerzos para que, desde esa basílica, se irradie a todos la luz del Evangelio, gracias al consuelo de los sacramentos, el auxilio de la oración y la ayuda caritativa y fraterna a los más necesitados.
Un lugar privilegiado para alcanzar misericordia
En la homilía de la misa central, el cardenal Rossi puso la mirada en la Virgen de la Consolata y afirmó: “Venimos a tu santuario, a tu basílica, y son muchos los que llegan hasta aquí necesitados de recibir una gracia y muchos los que vuelven a agradecer por haberla experimentado, a menudo por haber recibido fortaleza y paz en la prueba”.
“Venimos, porque este lugar es privilegiado para dejarnos ‘misericordiar’. Donde nadie debe sentirse como un extraño, especialmente los que vienen con el peso de sus fragilidades y su pecado”, aseguró.
“Por eso, el santuario y la basílica es un lugar propicio para experimentar la misericordia que no conoce límites, a través del sacramento de la Reconciliación, a través de los misioneros de la misericordia, como llama el Papa a los confesores, testigos fieles del amor del Padre, que se acerca a todos y sale al encuentro feliz por haber encontrado a los que se habían perdido”.
El purpurado cordobés enfatizó que “nos animamos a venir, no por nuestros méritos, sino por nuestro cansancio y nuestras opresiones. Venimos sin fingimiento, sin ocultar miserias y debilidades”.
“Venimos a Vos porque tu basílica, tu casa y tu forma de hablar es para nosotros una roca donde encontrar un refugio, un cobijo, un palenque donde agarrarse”, subrayó finalmente, dirigiéndose a María.
Videomensaje del Card. Víctor Manuel Fernández
El cardenal Víctor Manuel “Tucho” Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, envió un videomensaje a la comunidad de Sampacho, en el que recordó que, cuando estudiaba en el seminario, iba a ese santuario basílica junto con otros jóvenes, para “pensar en la vocación, para charlar”.
“Ahí, frente a la Virgen de la Consolata, tantas veces sentí el llamado de Dios y admiré, como tantos, que el pueblo, que la comunidad, haya dado tanto, haya puesto tantas ganas, tanta colaboración, para construir un santuario tan bonito, donde uno entra y percibe ahí la belleza de Dios”, expresó.
El purpurado, nacido en tierras cordobesas, pidió al Señor que “bendiga mucho al pueblo de Sampacho, que les conceda lo que más necesiten, que los cuide de todo mal, de toda perturbación; y que también les regale un espíritu de unión, de paz fraterna, de armonía, para caminar juntos porque así es mucho más fácil salir adelante”.
Bendición de las placas recordatorias
Monseñor Uriona bendijo las dos placas recordatorias y el escudo de la flamante basílica. También se leyó una carta de Athletica Vaticana, por la hermandad por el deporte que une a Roma y Sampacho.
El padre Leone agradeció a las autoridades presentes, entre ellas al gobernador cordobés, Martín Llaryora, y al intendente municipal, Franco Suárez.
“Gracias por acompañarnos a todos, que Dios los bendiga a cada uno de ustedes. Que Dios bendiga a nuestra Patria”, concluyó el rector de la basílica santuario.
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