Corrientes Católica

El Papa: La caridad de Mama Antula se impone ante el individualismo radical

Francisco recibe a los más de 300 pelegrinos argentinos a dos días de la canonización de la beata María Antonia de San José de Paz y Figueroa , la primera Santa del país suramericano: “Seamos testigos de este regalo para el pueblo argentino, pero también para toda la Iglesia”

 

“En esta beata encontramos un ejemplo y una inspiración que reaviva «la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha». Así describe, el Papa Francisco, a Mama Antula, quien el domingo, en la Basílica de San Pedro, será canonizada, convirtiéndose así en la primera Santa de Argentina, un “regalo para el pueblo argentino, pero también para toda la Iglesia”.

Más de 300 peregrinos provenientes de Argentina, junto a varios obispos, entre ellos el titular de la Arquidiócesis Primada de Buenos Aires, monseñor Jorge Ignacio García y numerosos sacerdotes, religiosos, religiosas, se reunieron en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, para saludar al Santo Padre en un breve pero sentido encuentro, donde la protagonista fue la María Antonia de San José de Paz y Figueroa.

“La caridad de Mama Antula, sobre todo en el servicio a los más necesitados, hoy se impone con gran fuerza, en medio de esta sociedad que corre el riesgo de olvidar que «el individualismo radical es el virus más difícil de vencer. Un virus que engaña. Nos hace creer que todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones»”, subrayó el Pontífice.

El Papa recibe en la Sala Clementina del Vaticano a los peregrinos argentinos que vienen a la canonización de Mama Antula

 

Con un crucifijo y descalza llevando a Cristo

La futura santa es, para Francisco, un ejemplo y una inspiración que “reaviva” la opción por los últimos y por aquellos que la sociedad descarta y desecha». Como signo de amor y de ternura, Mama Antula, emprendió un “camino de la santidad” que implica “confianza, abandono”. Como cuando llegó sólo con un crucifijo y descalza a Buenos Aires, explicó el Papa, “porque no había puesto su seguridad en sí misma, sino en Dios”.

“Ella experimentó lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, que podamos descubrir su llamada, cada uno en su propio estado de vida, pues cualquiera que sea, siempre se sintetizará en realizar “todo para la mayor gloria de Dios y salvación de las almas”.

 

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS PEREGRINOS DE ARGENTINA PARA LA CANONIZACIÓN
DE LA BEATA MARÍA ANTONIA DE SAN JOSÉ DE PAZ Y FIGUEROA
Sala Clementina
Viernes, 9 de febrero de 2024
[Multimedia]
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Queridos hermanos y hermanas:
Buenos días, y gracias por estar hoy aquí. Me alegro de tener este encuentro con todos ustedes
con motivo de la canonización de María Antonia de San José, nuestra madre Antula, a quien
ustedes han venido a manifestar su devoción.
Saludo a mis hermanos Obispos provenientes de Argentina – de la diócesis Primada, que
después la dejaron sin nada – y a todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles que los
acompañan. La caridad de Mama Antula, sobre todo en el servicio a los más necesitados, hoy se
impone con gran fuerza, en medio de esta sociedad que corre el riesgo de olvidar que «el
individualismo radical es el virus más difícil de vencer. Un virus que engaña. Nos hace creer que
todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones» (Carta enc. Fratelli tutti, 105). En
esta beata encontramos un ejemplo y una inspiración que reaviva «la opción por los últimos, por
aquellos que la sociedad descarta y desecha» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 195). Que el Señor
nos dé la gracia de seguir su ejemplo y que este ejemplo los ayude a ser ese signo de amor y de
ternura entre nuestros hermanos.

Recordemos también que el camino de la santidad implica confianza, abandono, como cuando la
beata María Antonia llegó sólo con un crucifijo y descalza a Buenos Aires, porque no había
puesto su seguridad en sí misma, sino en Dios, confiaba en que su arduo apostolado era obra de
Él. Ella experimentó lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, que podamos descubrir su
llamada, cada uno en su propio estado de vida, pues cualquiera que sea, siempre se sintetizará
en realizar “todo para la mayor gloria de Dios y salvación de las almas”. Esta premisa, que está
en la base de la espiritualidad ignaciana, de la cual la beata Mama Antula se nutrió, la movió
siempre en toda su labor. Y tanto es así, que una de sus principales preocupaciones cuando fue
suprimida la Compañía de Jesús, fue la de impartir ella misma los ejercicios espirituales,
buscando así ayudar a todos a descubrir la belleza del seguimiento de Cristo. Sin embargo, esto
no le fue fácil, pues debido a la aversión que se había propiciado contra los jesuitas, le llegaron a
prohibir dar los ejercicios, de manera que decidió impartirlos clandestinamente. Esta dimensión de
la clandestinidad no podemos olvidarla, es muy importante.

 

En este sentido, otro mensaje que
nos da la beata en nuestro mundo de hoy es el de no rendirnos frente a la adversidad, no desistir
en nuestros buenos propósitos de llevar el Evangelio a todos, a pesar de los desafíos que esto
pueda representar. Muchas veces incluso en «la propia familia o el propio lugar de trabajo puede
ser ese ambiente árido donde, hay que conservar la fe y tratar de irradiarla» (ibíd., 86).
Firmemente arraigados en el Señor debemos ver en esto una ocasión en la que podemos
desafiar nuestro entorno para llevar la alegría del Evangelio.

Además de la devoción que la beata tenía a san José, de quien lleva su nombre, me gustaría
destacar su gran ardor por la Eucaristía, la cual debe ser el centro de nuestra vida, y de la cual
mana la fuerza para realizar nuestro apostolado (cf. Const. Sacrosanctum Concilium, 10). Los
invito a participar en serio, el día domingo, en la celebración de Cristo, muerto y resucitado, en la
cual proclamaremos como santa a Mama Antula. Los invito a que seamos testigos de este regalo
para el pueblo argentino, pero también para toda la Iglesia. A ella, que tanto promovió las
peregrinaciones, pidamos que nos ayude en nuestro peregrinar juntos hacia la casa del Padre.
Que la Virgen de Luján interceda por todos los fieles que peregrinan en Argentina, y por la Iglesia
universal. Y no se olviden de rezar por mí. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.

 

 

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