Miles de personas acudieron a una abadía benedictina a contemplar los restos de Sor Wilhelmina (Guillermina) Lancaster, religiosa que murió hace 4 años y cuyo cuerpo no fue embalsamado, pero está sorprendentemente bien preservado.
Ella fundó la Congregación de las Hermanas Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, en 1995, cuando tenía 70 años. Murió el 29 de mayo de 2019, y su cuerpo sin embalsamar fue enterrado en un sencillo ataúd de madera en el cementerio de las afueras de la abadía.
Peregrinos que han visitado el cuerpo en la abadía benedictina, ubicada en Missouri (Estados Unidos), dijeron a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que no percibían ningún olor de descomposición.
En la Solemnidad de Pentecostés, cerca de 200 vehículos por hora llegaban a la abadía. Se reportó un aumento en el tráfico desde el día anterior, según informó el alguacil del condado de Clinton, Larry Fish, en Facebook. Se esperaba que unas 15 mil personas visitaran el lugar ese día.
Solo hasta el lunes 29 de mayo, los fieles pudieron tocar el cuerpo de la religiosa, que ha estado expuesto al público por más de una semana en una habitación de la planta baja de la iglesia de la abadía.
El sábado, un reportero gráfico que trabaja para EWTN News fue testigo de cómo los peregrinos tocaban partes del cuerpo de la monja o el Rosario, e incluso besaban sus manos. La tarde del lunes 29, el cuerpo fue colocado en un recinto de vidrio, aunque su cuerpo aún podrá ser visto por el público.
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