A seis años del hundimiento del submarino ARA San Juan, en la ciudad de Mar del Plata hubo un homenaje a los 44 tripulantes que murieron dentro de la embarcación, en las profundidades del Atlántico Sur.
El acto se llevó a cabo en el memorial ubicado frente al ingreso a la Base Naval marplatense, y participaron familiares y allegados de las víctimas; autoridades de la Armada Argentina; ex combatientes de Malvinas; el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro; y el administrador diocesano de Mar del Plata, presbítero Luis Albóniga, quien hizo una invocación religiosa.
Antes de la bendición, el sacerdote marplatense recordó que “crucemos a la otra orilla” fue la invitación que Jesús dirigió a sus discípulos. “Ellos zarparon y, cuando ya había oscurecido, los sorprendió una tormenta. Llenos de miedo, le pidieron al Maestro que interviniera. Él silenció al viento y al oleaje con su poder”, aseguró.
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“El 25 de octubre de 2017, la valiente tripulación del ARA San Juan zarpó de nuestro puerto. Ellos habían escuchado el llamado de sus corazones para servir a nuestra Patria. No sabían que escucharían otra voz que los llamaría, tal vez prematuramente, a arribar a otra orilla”, expresó.
“Allí desembarcaron y allí nos esperan. Desde allí nos animan a seguir unidos, a esperar el reencuentro, valorando la vida que ellos honraron con su servicio”, destacó.
El padre Albóniga afirmó que a los integrantes de la tripulación del ARA San Juan se los recuerda “con cariño”, y los encomendó al Señor, para que “sigan cuidando la navegación de familiares, amigos y conciudadanos hacia la orilla definitiva, de la paz y el amor eterno”.
Luego se colocaron ofrendas florales, se descubrió una placa en el monumento de acceso a la Base Naval, y se escucharon palabras del Intendente y otras autoridades.
El 15 de noviembre de 2017, el submarino naufragó en el Atlántico Sur, en medio de un operativo especial de detección de pesca ilegal, en viaje de regreso hacia Mar del Plata.
El casco hundido del buque fue hallado el 17 de noviembre de 2018, un año y 2 días después de su desaparición, a más de 900 metros de profundidad y frente a las costas de la provincia de Santa Cruz.
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