El Papa Francisco volvió a expresar, este miércoles 28 de agosto, su profunda preocupación por la intensificación de las tensiones en Medio Oriente, advirtiendo cómo estas, a menudo, se transforman en conflictos abiertos y guerras.
Las palabras del Santo Padre se reprodujeron mientras funcionarios palestinos informaban que al menos nueve personas murieron en ataques israelíes en la Cisjordania ocupada el miércoles y los observadores expresaban temores de una guerra más amplia.
Dirigiéndose a los participantes de la Conferencia Episcopal Latina de las Regiones Árabes (CELRA), reunidos en Roma para su asamblea plenaria, el Papa advirtió en su discurso, preparado de antemano, que “el conflicto, en lugar de encontrar una solución justa, parece volverse crónico, con el riesgo de extenderse y encender toda la región”.
La situación, señaló el Santo Padre, provocó innumerables muertes, destrucción masiva y sufrimiento generalizado, fomentando sentimientos de odio y resentimiento que podrían conducir a futuras tragedias.
Fomentar el diálogo y la paz
A pesar de la gravedad de la situación, el Papa destacó la importancia de mantener la esperanza y alimentar la solidaridad, y aseguró a los obispos su cercanía espiritual a ellos y a las Iglesias que representan, alentándolos a perseverar en su fe y a favorecer el diálogo y la paz.
“Que el Señor les dé siempre la fuerza de testimoniar la fe en Él, también a través del diálogo respetuoso y sincero con todos”, exhortó.
Símbolos de esperanza
En el centro de su mensaje a los obispos, estuvo un llamamiento a ser símbolos de esperanza en medio de la desesperación, animándolos a “mantener viva la esperanza. Sean ustedes mismos, para todos, signos de esperanza, una presencia que alimente palabras y gestos de paz, fraternidad y respeto”, dijo.
El Sucesor de Pedro les agradeció ser “llama de esperanza donde parece apagarse”, y los animó a seguir trabajando por la reconciliación y a superar con buena voluntad las divisiones profundas.
Importancia del ministerio pastoral
Por último, Francisco destacó la importancia del trabajo pastoral de los presentes, especialmente a la hora de proporcionar una adecuada educación cristiana a los estudiantes de las escuelas públicas, particularmente en las regiones donde los cristianos son minoría.
Destacó el profundo valor de esta formación que, dijo, ayuda a los fieles a profundizar su comprensión de la fe y les permite seguir alimentando la esperanza cristiana.
El Papa concluyó su discurso agradeciendo a los obispos su visita e invocando sobre ellos la protección y el consuelo de la Virgen María: “Los bendigo con todo mi corazón. Oremos unos por otros”.+
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