Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano
La biografía de una persona, mujer y laica, que está a punto de convertirse en santa: el anuncio de la próxima canonización, el 11 de febrero de 2024, de la beata María Antonia de San José, Mama Antula en lengua indígena quichua, da un significado muy especial al libro Mama Antula. “La fede di una donna indomita”, publicado por LEV, la Libreria Editrice Vaticana, y presentado ayer por la tarde en la Filmoteca Vaticana.
Una mujer intrépida y rebelde
En la presentación la novedad es destacada con alegría y gratitud por todos los ponentes coordinados por Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación. Están presentes las dos autoras del libro: Nunzia Locatelli y Cintia Daniela Suárez. “En esta exhaustiva y atractiva biografía”, afirma, “las autoras relatan, con rigor histórico, la vida de una mujer laica e intrépida”. De ella, Tornielli destaca la valentía que también la llevó a realizar actos de rebeldía. “En una época en que las mujeres no tenían voz, Maria Antonia di San Giuseppe decidió no obedecer las reglas familiares y sociales de la Argentina colonial, transgredió las órdenes de las más altas autoridades para mantener viva la obra de los padres jesuitas, violentamente expulsados de los territorios de América del Sur”. Mama Antula será la primera santa de Argentina.
Una santa evangelizadora del pueblo
Nacida en 1730 en Silipica, Santiago del Estero (Argentina) y fallecida el 7 de marzo de 1799 en Buenos Aires, Mama Antula, “es una de esas santas evangelizadoras del pueblo que al Papa Francisco le encanta canonizar”, señala Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio. Citando un artículo de Civiltà Cattolica, prosigue: “Caminante, comunicativo, decidido, de los que ‘salen, buscan, van, no impulsados por su carácter, ni por un encargo divino unilateral, sino porque levantaron la mirada (…) vieron multitudes errantes como ovejas sin pastor, y se sintieron movidos a sentir el amor del Buen Pastor que dio su vida por esas ovejas’.” Ruffini resume la vida y la obra de Mama Antula, que “vivió durante los años de la destrucción de las reducciones de la Compañía de Jesús; ella se comprometió, una vez expulsados los jesuitas por la realeza de Portugal y España, a instigación de los masones y secularistas, a seguir predicando los ejercicios espirituales que ellos ya no podían dar. Se cree que fueron más de 70.000 los seglares para los que Mama Antula organizó los ejercicios en la casa que fundó con esta intención en Buenos Aires en 1795. Para llegar hasta allí, caminó descalza durante 4.000 kilómetros a través de las salinas, los bosques, las colinas de la Pampa y las interminables llanuras de su país.
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