Elena Ramírez, una correntina que viajó a Lisboa para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, compartió con Radio Sudamericana su experiencia en el evento religioso liderado por el papa Francisco. Enfatizó en la importancia de la perseverancia en medio de desafíos y la conexión global que el evento generó entre jóvenes de diferentes países. A pesar de las dificultades logísticas, Elena considera que el viaje valió la pena y deja un mensaje inspirador para las nuevas generaciones.
Frente a una marea de 1,5 millones de peregrinos, el papa Francisco presidió este domingo la misa final de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, donde pidió a las nuevas generaciones que no tengan miedo e hizo un llamado por la paz. De la misa también participaron cerca de diez mil sacerdotes y 700 sacerdotes.
Elena Ramírez, es corrientina y estuvo presente en este evento. Contó que ahorró dos años y medio para poder viajar: “La experiencia fue muy impresionante, todavía estoy con la boca abierta, perdón la expresión, pero para que se pueda, digamos, transmitir un poco de lo que se vive acá.”
“Vinimos con un grupo de cinco chicas catequistas de la iglesia catedral y, si bien nos habíamos inscrito a la jornada, con esa inscripción te delegaban un alojamiento que podían ser casas de familia o escuelas de aquí de Portugal. Y bueno, a nosotros nos tocó una casa de familia que nos recibieron muy bien. Ese día llegamos muy cansadas, llegamos el 31, un día antes de que comiencen las actividades y el 1 de agosto ya había una misa, por ejemplo, para todos los argentinos, con el obispo García Cuerva de Buenos Aires. Estaban los sacerdotes de todas las provincias que fueron, de Corrientes estaba la parroquia de Jesús Misericordioso y nosotros, y obviamente los chicos de diferentes provincias”.
“A la tarde de ese martes se iniciaba la misa de apertura en uno de los predios más grandes ahí de Portugal, a esa ya no llegamos a ir porque la verdad que por ahí es muy agotador en la multitud de gente, era difícil trasladarse de un lugar a otro porque todo estaba saturado, todo lo que sea con subtes, trenes, colectivos, y ni hablar de ir caminando por la calle”.
“En Fátima recorrimos todo el santuario, entregamos las intenciones que habíamos recolectado de nuestra parroquia y a todas las personas que querían mandar alguna intención la hemos llevado. También pudimos rezar en la Capilla de las Apariciones en un rosario con todas las personas que van al santuario y después se hace una procesión de velas alrededor del santuario. La verdad que me impresionó mucho porque se reza el rosario en diferentes lenguas, y como todos saben rezar, digamos que cada uno respondía en su lengua, así que esa fue una de las cosas que más me impresionó de estar ahí, de estar en ese lugar completamente santo”, contó.
Elena contó que el miércoles, cuando se hizo como el primer encuentro del Papa Francisco con los jóvenes, pudo verlo. “Por suerte estuve del lado del cordón donde él pasó, así que también estuve cerquita de él”.
LAS PALABRAS DEL PAPA
“Francisco nos recalcó mucho que somos llamados por Dios, que por eso cada uno tenemos nuestro nombre y que Él nos ama sin maquillaje, que como somos, como venimos y como estamos, Él nos ama. También me pareció maravilloso que cada vez que hablaba el Papa, era increíble, o sea, hablaba en español y le entendías perfectamente, de hecho toda la homilía de la misa de cierre fue en español. Si bien celebraba con otros sacerdotes, otros obispos, cada uno hablaba en su lengua y escuchar a Francisco que te hable español era como tener un plus a todo lo que se estaba viviendo. En un momento también llegó a decir que todos digamos en nuestra lengua, que todos somos amados y eso hasta parece más fuerte que un mundial de fútbol”, dijo. “Repitió mucho sean alegres, que si nos caemos no levantemos, que sigamos para adelante”, agregó.
“La gente nos reconocía porque éramos campeones del mundo cuando nos veían con las remeras de Argentina nos gritaban cosas como ´Messi´. Por ahí es muy fuerte salir y estar tan lejos de tu país y tener tantas cosas buenas, que de hecho te reconocen porque a la gente nos tocaba por ahí decirles que somos de la tierra del Papa Francisco.
Elena Ramírez, esta correntina que participó de la jornada, estuvo durante todos estos días en Lisboa, y nos estaba comentando la experiencia, de lo que fue participar ante miles y miles de jóvenes de distintos lugares del mundo.
“Me gustaría dejar el mensaje de la perseverancia. Mirá me llamaron de Jujuy para que también dé un testimonio a unos chicos de la catequesis y yo creo que lo que dijo el Papa lo podría haber escuchado sentada en el living de mi casa, pero el peregrinar parece venir desde tan lejos, salir de su confort cada uno – y no es porque pasamos cosas feas, pero la verdad es que la multitud de gente por ahí era imposible atravesar- sí me doy cuenta que hay que tener mucha fuerza y ser muy perseverante para este tipo de peregrinación”.
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