Cientos de misioneros y agentes pastorales provenientes de los siete departamentos que conforman la diócesis de Goya participaron de una intensa jornada de evangelización en la ciudad de Mercedes, en el marco de la Misión Diocesana que tuvo lugar el pasado 11 de octubre bajo el lema “Peregrinos de esperanza entre los pueblos”.
El encuentro comenzó con la recepción de las delegaciones, que fueron alojadas en las distintas parroquias de la ciudad. Desde allí, los grupos salieron a recorrer los barrios asignados para visitar a las familias, acompañados por servidores locales que guiaron la misión territorial.
Durante la tarde, frente al templo de Nuestra Señora de las Mercedes, se realizó la Expo Carismas, una feria pastoral donde los distintos movimientos, grupos y servicios de la diócesis compartieron su carisma y misión a través de folletos, juegos y presentaciones dinámicas. El objetivo fue dar a conocer la riqueza espiritual de la diócesis e invitar a más personas a sumarse a las actividades comunitarias.
La jornada culminó con la celebración de la misa, presidida por el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, junto a sacerdotes y diáconos que concelebraron la Eucaristía. En su homilía, el obispo destacó el llamado a ser una “Iglesia en salida”, una de las prioridades del Plan Diocesano de Pastoral.
“La misión nace de la centralidad en Jesucristo, el Misionero del Padre. Si Jesús está en el centro, entonces el impulso misionero es natural”, expresó el obispo, quien agradeció especialmente el compromiso de los párrocos, catequistas, consagradas y jóvenes que participaron del evento.
También recordó que la misión “no es una moda ni una tarea para unos pocos”, sino una expresión concreta del deseo de Dios de que “todos se salven”, más allá de los muros del templo.
Testimonio de vida: “Ni un pibe menos en la droga”
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue el testimonio de un joven chaqueño residente del Hogar de Cristo, quien compartió su historia de vida atravesada por el abandono, la adicción y la fe.
Conmovido, relató cómo el acompañamiento espiritual y la contención que recibió lo ayudaron a salir adelante:
“Sí se puede salir, pero con la ayuda de Dios. Solo, no se puede”, afirmó, alentando a los presentes a no juzgar, sino a tender una mano.
Concluyó con un mensaje esperanzador:
“La vida es hermosa, cuesta, pero se puede. Todo con Dios y con la Virgen María que siempre nos abraza”.
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