San Salvador (Entre Ríos) — Dulce Amiela, una niña de San Salvador que enfrenta un tratamiento contra la leucemia linfoblástica tipo B, recibió una inesperada y conmovedora respuesta del Papa León XIV, luego de enviarle una carta escrita desde su habitación en el Hospital San Roque de Paraná, donde permanece internada desde hace casi dos meses.
Con apenas unos años y una fe enorme, Dulce decidió escribirle al Santo Padre pidiéndole una intención muy especial. En su mensaje, expresó:
“Querido Santo Padre,
mi pedido personal es que interceda ante Dios para curarme definitivamente de mi leucemia.
Quiero seguir viviendo junto a mi mamá y mis tres hermanos.
Con todo mi corazón y respeto, Dulce Amiela.
PD: Cuando sea grande quiero ser contadora.”
Una respuesta inesperada desde el Vaticano
Lo que nadie imaginaba ocurrió días después. El Papa León XIV respondió personalmente a la carta de Dulce, enviándole desde el Vaticano un mensaje lleno de ternura junto a un rosario bendecido especialmente para ella.
En la misiva, el Santo Padre le expresó:
“Rezo por ti para que el Señor te conceda buena salud… y de grande seas una buena contadora.
Rezo por tus papás y tus hermanos.
Ustedes recen por mí.”
Un gesto que renueva la esperanza
La familia de Dulce recibió la carta y el rosario como un verdadero rayo de esperanza en medio de la lucha diaria contra la enfermedad. Desde San Salvador hasta todo el país, miles de personas se han unido en oración por su recuperación, acompañando a la niña con mensajes de fuerza y cariño.
“Este gesto nos llenó el alma”, expresaron allegados a la familia, agradecidos por la cercanía del Papa en un momento tan difícil.
Una cadena de oración que crece
Hoy, Dulce continúa su tratamiento rodeada del amor de su madre, sus tres hermanos y de toda una comunidad que reza por ella. La historia de su carta y la respuesta papal se multiplicó rápidamente, despertando solidaridad y emoción.
Que el Señor fortalezca su salud, su espíritu y a toda su familia.
Oremos por Dulce.



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