En el marco de la fiesta patronal de Nuestra Señora de la Merced, el próximo 24 de septiembre, se vivirá un momento histórico para la Iglesia local: el Nuncio Apostólico en la Argentina, Mons. Mirosław Adamczyk, impondrá el Palio Arzobispal al arzobispo de Corrientes, Mons. José Adolfo Larregain, durante la Santa Misa que se celebrará tras la tradicional procesión de las 16:00.
La ceremonia, abierta a toda la comunidad, será una ocasión especial para que fieles, sacerdotes y comunidades parroquiales se reúnan en torno a este signo de comunión eclesial y compromiso pastoral.
¿Qué significa recibir el Palio?
El Palio es una banda de lana blanca adornada con seis pequeñas cruces negras. Se coloca sobre los hombros del arzobispo metropolitano como símbolo del Buen Pastor, evocando al Cristo que lleva sobre sus hombros a la oveja perdida.
Más allá de su apariencia, el Palio es un fuerte signo de unidad con el Papa y de la autoridad pastoral que el arzobispo ejerce sobre su arquidiócesis y las diócesis que conforman su provincia eclesiástica.
Una tradición con nueva impronta
Hasta hace algunos años, este rito se realizaba únicamente en Roma, durante la festividad de San Pedro y San Pablo, cuando el Papa imponía el Palio a los nuevos arzobispos. No obstante, desde 2015 el Papa Francisco decidió modificar esta tradición para dar mayor protagonismo a las iglesias locales.
Desde entonces, el Palio se entrega simbólicamente en Roma, pero la imposición litúrgica se realiza en la arquidiócesis de origen, presidida por el nuncio apostólico del país. Así, el gesto cobra un significado más pastoral y participativo, integrando a toda la comunidad eclesial en este acontecimiento.
Un signo de comunión y misión
Durante la ceremonia en Corrientes, estarán presentes también los obispos de las diócesis sufragáneas, reforzando el sentido de comunión fraterna y la misión compartida entre los pastores de la región.
La invitación está abierta a todos los fieles que deseen acompañar a su arzobispo en este momento de gracia, y celebrar juntos el compromiso con la Iglesia y el Pueblo de Dios.
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