El papa Francisco envió a la población de Rosario un mensaje a través del cual lamentó el acecho del narcotráfico en esa ciudad de la provincia de Santa Fe y llamó a “rehabilitar la política” e investigar la corrupción que permite el caos que se vive allí, en lo que él calificó como “una sociedad que se siente amenazada”.
“Sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero no sería posible llegar a la situación en la que se encuentra la ciudad de Rosario”, advirtió el pontífice en un video difundido por la Santa Sede.
“Se deben transitar respuestas complejas e integrales”
En ese duro mensaje atento al recrudecimiento de los delitos asociados al narco, Bergoglio hizo un llamado a todos los sectores de la sociedad e hizo hincapié en el privado: “Hay una gran tarea por delante en el sector empresarial, no sólo en impedir la complicidad en los negocios con las organizaciones mafiosas, sino también en su compromiso social”.
En este sentido, pidió que el Poder Judicial “pueda ser independiente para investigar los entramados de la corrupción y del lavado de dinero que facilitan el avance del narcotráfico”.
De la misma manera cuestionó el rol del Estado. Sostuvo que “el silencio del Estado” solo “naturaliza y facilita la promoción del consumo y comercialización”, y puntualizó que “es necesario trabajar no sólo sobre la oferta, sino también sobre la demanda de drogas a través de políticas de prevención y asistencia”.
“Comprendemos la necesidad de la presencia de las fuerzas de seguridad para llevar tranquilidad a la comunidad”, pero “en el camino de la paz se deben transitar respuestas complejas e integrales, con la colaboración de todas las instituciones”, subrayó en el video que fue inmediatamente difundido por el Obispado de Rosario.
Llamado al consenso y al diálogo
Atento al recrudecimiento de los delitos asociados al narco en las últimas semanas, el pontífice consideró que de la “crisis” que atraviesa esa ciudad se sale con “todos los sectores políticos” sintiéndose “llamados a transitar el gran camino del consenso y del diálogo”.
“Nadie se salva solo –dijo-, aun en los barrios privados, se puede encontrar la inseguridad y la amenaza del consumo para los propios hijos”. No obstante, reconoció que la peor víctima es el sector hundido en la pobreza: “En todo sistema mafioso, los pobres son el material descartable”.
Por este motivo llamó “a aunar esfuerzos para que el Estado y las instituciones intermedias puedan brindar espacios comunitarios en los barrios vulnerables”. Y si bien reconoció que “el temor siempre aísla y paraliza”, hizo un llamado concreto: “No teman comprometerse junto a otros para ser respuesta pacífica e inspiradora”.
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