En el contexto de la 9ª Jornada Mundial de los Pobres convocada por el Papa, la Diócesis de Quilmes (Argentina) celebró este sábado 15 de noviembre la 30ª edición de la Misa de la Esperanza, bajo el lema “Tú, Señor, eres mi esperanza”.
La Eucaristía tuvo lugar en el Cruce Varela y fue presidida por el Obispo de Quilmes, Mons. Carlos José Tissera, concelebrada por el Obispo Auxiliar, Mons. Eduardo Gonzalo Redondo, el Obispo Emérito de Río Gallegos y colaborador diocesano, Mons. Juan Carlos Romanín, y numerosos sacerdotes.
A pesar de las altas temperaturas, una multitud de fieles se congregó para vivir esta celebración dedicada especialmente a los más necesitados. La jornada se enmarca también en el Año Jubilar y en el camino hacia el 50° aniversario de la diócesis, que se celebrará en 2026.

“Reafirmar nuestra fraternidad”
Durante su homilía, Mons. Tissera recordó al querido Papa Francisco y destacó las enseñanzas de su sucesor, León XIV. Señaló que los fieles se reunieron para “hacernos una sola cosa con Jesús y con tantas hermanas y hermanos que caminan junto a nosotros, cansados y agobiados por el peso de la injusticia, del maltrato, de la exclusión, de la falta de trabajo y de oportunidades”.
El obispo llevó al altar las angustias y sufrimientos del pueblo: desde quienes enfrentan inseguridad laboral, las víctimas de la violencia y de las adicciones, hasta los enfermos sin acceso a medicamentos, los discriminados, y las víctimas de abusos y atropellos. También recordó a los jubilados que reclaman ser escuchados, a quienes han perdido seres queridos, a los niños con hambre y a las personas que viven en situación de calle.
Una plegaria por el país y por los más vulnerables
Retomando un mensaje de 2001 del primer obispo de Quilmes, el Siervo de Dios Jorge Novak, Mons. Tissera pidió:
“Que Dios bendiga nuestro país, a los pobres, a nuestros gobernantes, a los empresarios, a los dirigentes, a los responsables de administrar justicia, a los pastores, a nuestras comunidades, a los jóvenes, a las mujeres y a los niños”.
El obispo agradeció especialmente el trabajo de la Vicaría de Solidaridad y de todas las personas que en la diócesis “van sembrando esperanza con su entrega y servicio, especialmente en favor de los más humildes”.
Mirando hacia el futuro
Mons. Tissera anunció que la próxima Misa de la Esperanza se celebrará al finalizar el Tercer Sínodo Diocesano, ya bajo las nuevas líneas pastorales que guiarán los años siguientes.
Afirmó que la impronta del Padre Obispo Novak y las enseñanzas del Papa Francisco inspirarán una Iglesia que responda al sueño de Jesús: “una Iglesia samaritana, cordial, solidaria y en búsqueda de la justicia y la paz. Una Iglesia pobre para los pobres”.
La jornada incluyó también la tradicional Feria Expo-Carismas, con la participación de diversos departamentos, movimientos y grupos diocesanos, y fue ocasión para recordar con gratitud la figura de Jorge Novak, cuyo 50° aniversario de ordenación episcopal se conmemorará en 2026.



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