En la noche del pasado jueves 23 de octubre aterrizaron en el aeropuerto militar de Ciampino en Roma dos vuelos especiales de la Guardia de Finanzas con 65 ciudadanos palestinos procedentes de la Franja de Gaza. Entre ellos, 49 estudiantes e investigadores llegaron a Italia para continuar sus estudios gracias a programas de becas ofrecidos por varias universidades del país.
Se trata de la segunda evacuación de estudiantes desde Gaza mediante los llamados “corredores universitarios”, una iniciativa concreta que reafirma la importancia del derecho a la educación como base para construir un futuro más allá de los obstáculos.
“Los estudiantes de Gaza siguen creyendo en el valor de la educación”
«A nuestros amigos estudiantes italianos les digo: sus coetáneos en Gaza comparten con ustedes la misma curiosidad, la misma ambición, los mismos sueños. Estudian en condiciones extremadamente difíciles, en tiendas de campaña, sin internet, sin libros, sin materiales de investigación, sin acceso a laboratorios ni herramientas. Y, sin embargo, continúan. Siguen estudiando, esperando y creyendo en el valor de la educación».
Las palabras del profesor Ata Mohamed Kaisy, docente originario de Gaza y actualmente huésped de la Universidad de Roma La Sapienza, suenan como una advertencia en un tiempo en que la educación puede convertirse en un verdadero puente.
En mayo pasado, La Sapienza lanzó una convocatoria especial dirigida a académicos provenientes de países en crisis económica y social. Junto a Kaisy también se encuentra Osana Hamdouna, profesor de la Universidad de Al-Azhar, una de las instituciones académicas más grandes y prestigiosas de la Franja de Gaza.
«Los jóvenes están motivados y desean fortalecer sus vínculos con la comunidad internacional, a la espera de poder realizar sus sueños», afirma Hamdouna. «Estar aquí en La Sapienza representa una gran oportunidad para nosotros», añade con esperanza.
«Espero mucho de esta cooperación, especialmente en lo referente al intercambio académico y científico con las universidades de Gaza. Es fundamental motivar a las instituciones educativas de la Franja, crear lazos y reforzar la red del conocimiento».
La fuerza de la cultura
Esa sed de cultura no se apaga en Gaza, incluso allí donde el derecho a estudiar se ve constantemente puesto a prueba. «Las universidades deben ser protagonistas activas en la construcción de la solidaridad y la tolerancia entre las personas», subraya Hamdouna.
«Este proceso puede comenzar precisamente con los estudiantes: el diálogo académico es el primer paso hacia una cultura de paz».
La experiencia romana de Kaisy y Hamdouna no es solo un gesto académico, sino también un signo concreto de acogida y solidaridad. Es una forma de recordar que la educación es un bien común, un lenguaje universal que no conoce fronteras.
«A través del vínculo con regiones afectadas por la guerra, las instituciones académicas promueven una conciencia basada en la evidencia, no en el sensacionalismo», comenta Kaisy.
«La solidaridad no es solo un acto de caridad, sino el reflejo de nuestra responsabilidad compartida hacia los estudiantes», añade el profesor, destacando la importancia del papel que los docentes y los investigadores desempeñan dentro de la sociedad.
Un futuro sin fronteras
La Sapienza, al igual que otras universidades italianas, se prepara ahora para recibir a los estudiantes de Gaza recién llegados a Ciampino, garantizándoles la posibilidad de continuar su trayectoria universitaria.
La educación no conoce fronteras. Cada encuentro académico, cada intercambio de experiencias, recuerda que aprender significa también compartir humanidad.



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