En un decreto emitido por la Penitenciaría Apostólica y aprobado por el Papa Francisco, se otorgará la indulgencia plenaria a los abuelos, ancianos y a todos los fieles que participen en la solemne celebración presidida por el Papa en la Basílica de San Pedro, así como a todos los que asisten a Misa en varias partes del mundo, con motivo de la Tercera Jornada Mundial de los Abuelos y mayores, que se celebrará el 23 de julio bajo el lema “Su misericordia se extiende de generación en generación” (Lc 1,50).
En un movimiento para fomentar la devoción entre los fieles, la Penitenciaría Apostólica concedió la solicitud del cardenal Kevin Joseph Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, para que se conceda una indulgencia plenaria a los católicos que participen en la próxima Tercera Jornada Mundial de los Abuelos y mayores, instituida por el Papa Francisco.
Condiciones para la indulgencia plenaria
La indulgencia está sujeta a las condiciones habituales que la Iglesia propone para concederlas: Confesión sacramental, recepción de la Eucaristía y oración por las intenciones del Santo Padre.
La indulgencia plenaria ofrece la remisión de la pena temporal debida a los pecados ya perdonados, que puede aplicarse a uno mismo o a las almas del Purgatorio.
La Penitenciaría Apostólica extiende la misma Indulgencia Plenaria en el mismo día a quienes dedican un tiempo significativo a visitar, ya sea personalmente o por medios de comunicación virtuales, a sus hermanos y hermanas mayores que estén en necesidad o en dificultades, como los enfermos, abandonados y discapacitados.
Para aquellos que no pueden salir de casa por motivos graves, como los enfermos y los ancianos, la participación espiritual en la misa celebrada con motivo de la Jornada Mundial a través de la oración, el ofrecimiento de sus sufrimientos y la participación en las retransmisiones de las diversas celebraciones del Papa les otorgará también la oportunidad de alcanzar una indulgencia plenaria.
Sin embargo, la indulgencia requiere en todos los casos que los fieles mantengan el desapego del pecado y se propongan cumplir las tres condiciones habituales lo antes posible.
Fuente de sabiduría y experiencia
En el decreto, la Penitenciaría Apostólica pide encarecidamente que los sacerdotes autorizados para oír confesiones se pongan a disposición con espíritu generoso para la celebración del Sacramento de la Penitencia.
El decreto concede la indulgencia solo para la Tercera Jornada Mundial de los abuelos y los mayores y ofrece a los fieles la oportunidad de profundizar su vida espiritual, expresar la caridad hacia los ancianos y buscar de manera especial la misericordia de Dios.
La Jornada Mundial de los Abuelos y mayores sirve como un recordatorio de la sabiduría, la experiencia y el amor invaluables que las generaciones mayores ofrecen a la sociedad y a la Iglesia.
FUENTE: AICA
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