El momento en que Mark Wahlberg sintió el llamado de Dios

A los 13 años se vio envuelto en el mundo de las drogas y a los 14 abandonó la escuela; en 1988, con 16 años de edad, pasó 45 día en prisión debido a una condena por agresión, experiencia que dio a su vida un giro de 180 grados. ¿La razón?: Jesús cautivó su corazón.

“Cuando escuché que las puertas de la cárcel se cerraban detrás de mí, comencé a orar, sabía que eso era sólo el comienzo para mí, porque realmente quería cambiar mi vida, y me comprometí ese día”, comentó Wahlberg en una entrevista para Movieguide.

Tras un periodo de fuertes dificultades personales, Mark comenzó una transición que lo llevó a convertirse en el ser humano, esposo, padre de familia y actor que es hoy.

Su vida despega positivamente

Su carrera profesional en el mundo de la actuación despegó, y pronto fue aclamado por sus interpretaciones en diversas películas, como “Los Infiltrados” de Martin Scorsese, la cual le valió una nominación al Oscar al mejor actor de reparto en 2006.

A decir del actor, cierta ocasión en que conversó con Karen Kallay, ex Directora de la Escuela Católica Ascensión (Los Ángeles), ella le hizo una pregunta que lo llevó a reflexionar: “¿Eres un participante en la comunidad de la Iglesia o eres un espectador?”. Y a partir de ahí se dio cuenta de que Dios quería que fuera más activo.

Su fe, la fortaleza de su alma

Ahora, fortalecido en su fe y amor a Dios, Mark está muy comprometido en el servicio a Dios, pues quiere ser un ejemplo para sus hijos. “Ellos saben que ni siquiera es una opción para mí no ir a Misa o no tomarme mi tiempo para orar”.

Mark ha buscado imprimir en su vida y en su carrera profesional ese llamado que Dios le ha hecho para comunicar su experiencia mediante películas que muestren mensajes de amor y misericordia, como principios fundamentales de la fe católica.