San Ramón de la Nueva Orán (Salta), Como estaba previsto, a las 8.00 del sábado partió la tradicional peregrinación en honor a los mártires del Zenta, con una procesión que fue encabezada por Mons. Andrés Stanovnik Administrador apostólico de la nueva Oran, acompañado también del Vicario de la Educación de la Arquidiocesis de Corrientes el Padre Ariel Weimann
Desde la terminal de ómnibus de Pichanal, inicio la peregrinación en memoria de los misioneros Pedro Ortíz de Zárate, Juan Antonio Solinas SJ, y dieciocho cristianos laicos, que fueron martirizados a causa de su fe en Cristo. Ellos, como frutos maduros de la primera evangelización, nos estimulan a ser fieles discípulos y fervorosos misioneros en los tiempos que nos toca vivir.
XXIV Peregrinación Diocesana se encamino hacia el predio de los mártires del ZENTA,una gran multitud de fieles, jóvenes adultos religiosos consagradas , emprendieron esta gran manifestación de fe, y gratitud que se transmite de generación en generación, evocando el ardor misionero y la valentía de estos hermanos siervos de Dios, al llevar las buenas nuevas, tras la peregrinación , no faltaron los cantos, oraciones y el abrir el corazón de muchos hermanos que durante el camino tuvieron la posibilidad de confesarse, los sacerdotes con amor fraterno dispuestos , a la escucha como así también el Administrador Apostólico Mons. Andres Stanovnik,, “Como Jesús en el mundo, acompañando con una mirada de compasión sanando las heridas para dejarse habitar en el amor de Dios”
Al llegar se realizo la Santa Misa presidida por Mons. Andres Stanovnik, concelebrada por los sacerdotes diáconos y acompañado de monaguillos
Stanovnik en su homilía expreso: “Pero hemos venido hasta aquí no solo para reconocer y agradecer el gesto heroico de estos testigos extraordinarios, sino para decirle a Jesús que también nosotros queremos vivir hasta las últimas consecuencias nuestra fe. Tal vez no nos toque derramar la sangre por Cristo de un golpe, pero ciertamente estamos llamados a derramarla toda en las vicisitudes cotidianas de nuestra vida, donde gota a gota, se juega nuestro compromiso de ser discípulos y misioneros de Jesús.”
“Fue una hermosa señal que dimos esta mañana al ponernos en camino, dejando atrás todo lo que nos ata, para dedicarnos exclusivamente a realizar esta piadosa peregrinación. Cuando regresemos a nuestras obligaciones diarias, y retomemos los vínculos fraternos que estamos llamados a construir con paciencia y mucho amor, sobre todo hacia aquellos que más nos hacen sufrir, también queremos dejar atrás todo lo que nos tiene amarrado a nuestros rencores y egoísmos, y abstenernos definitivamente de la perversa lógica del “diente por diente”, o del “me las vas a pagar”.
Destaco también(…) La memoria de los hermanos y hermanas que entregaron su vida por Cristo, es una memoria viva, y no un mero recuerdo de algo que sucedió en este lugar hace ya más de tres siglos.(…)
(…) No estamos aquí para llorar la muerte de unos misioneros que fracasaron en su proyecto de evangelizar a aquellos salvajes que acabaron con sus vidas. Hemos venido para celebrar la vida, renovar nuestra fe y fortalecer la esperanza, confiados plenamente en el poder de la palabra que hemos proclamado: “El que tenga apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna” (Jn 12,25).
Finalizo diciendo: “Que nuestros hermanos y hermanas martirizados, con su sangre sembrada en esta tierra en los orígenes de nuestra evangelización, renueve en todos nosotros un profundo amor a Jesús y ese amor nos sostenga y consuele en obras de servicio y misericordia, empezando por nuestras propias familias, y luego con todos aquellos que la Providencia de Dios coloque en nuestro camino.”
Homilía Completa leer Aquí: http://wp.me/p8LFHb-GH
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